En 1992, el Dr. Paul Talalay y sus colegas de la Universidad John Hopkins de Baltimore descubrieron un compuesto derivado del brócoli con propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y antibióticas. Este compuesto es el sulforafano. Este componente no sólo se encuentra en el brócoli, sino en todas las verduras de la familia de las Brassica o crucíferas: todas las clases de coles y repollos, rúcula, rábanos, mostaza, etc.,conteniendo la mayor concentración de sulforafano los brotes y semillas de brócoli. Se trata de una sustancia liberada por estas plantas ante la agresión de insectos y patógenos.
PERO, ¿QUÉ ES EXACTAMENTE EL SULFORAFANO?
El sulforafano es un componente azufrado almacenado en forma de glucorafanina (un glucosinolato, es decir, una sustancia con efecto revulsivo) en las verduras crucíferas.
Para que esta glucorafanina se convierta en su componente activo (el sulforafano) es necesaria la conjunción de ésta con la enzima mirosinasa.
Estas dos sustancias se encuentran en compartimentos separados dentro de la célula vegetal. Es por ello que para que la unión de ambas tenga lugar, es necesario lesionar el tejido de la célula (al masticar, por ejemplo).
Pero se debe tener en cuenta que la mirosinasa es una enzima muy sensible a las altas temperaturas. Por lo que ingerir estas verduras crudas o ligeramente cocinadas al vapor, es la mejor manera de asegurarnos el consumo de sulforafano de manera natural.
También existen ciertas bacterias en la flora intestinal capaces de producir mirosinasa, pero ésta puede verse afectada por el consumo de medicamentos o limpiezas intestinales sistemáticas.
Diversos laboratorios han creado suplementos de dosis activadas y biodisponibles de sulforafano a base de extracto de sulforafano, lo que hace más estable y eficaz la absorción y asimilación de este compuesto.
¿CÓMO ACTÚA EL SULFORAFANO EN NUESTRO ORGANISMO?
El sulforafano es metabolizado por el intestino delgado, los riñones y el hígado y, una vez en el torrente sanguíneo, se acumula en los tejidos, donde ejerce su acción terapéutica. Numerosos estudios y ensayos han seguido al descubrimiento de este componente, y han demostrado que tiene propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antioxidantes, antibióticas, neuroprotectoras y desintoxicantes, principalmente. Estas acciones las lleva a cabo gracias a su capacidad de modular la epigenética, por lo que su uso principal es como preventivo en procesos degenerativos.
* Modulador Epigenético
La epigenética es, a grandes rasgos, el estudio de los cambios hereditarios en la función de los genes causados por la activación y desactivación de los mismos, y que no se pueden atribuir a alteraciones de la secuencia del ADN.
Existen dos factores nucleares en nuestro organismo que van a activar ciertas partes de nuestro ADN y en los que actúa el sulforafano.
Por un lado, induce la ruta Keap1-Nrf2-ARE, que es la mayor reguladora de respuestas citoprotectoras frente al estrés oxidativo celular. Nrf2 es una proteína que controla la expresión de más de 200 genes en nuestro cuerpo y cuyo mayor activador es el sulforafano.
Por otro, actua sobre la ruta NFkB, inactivando la acción proinflamatoria, pro-cancerígena, pro-proliferativa, mestastásica y anginosa de mas de 400 genes.
*Modulador en las reacciones oxidativas y desintoxicación celular
La inflamación y el estrés oxidativo son dos de los factores que más influyen en el desarrollo de enfermedades crónicas. Éste último es causado por una deficiencia en la producción de antioxidantes del organismo y un exceso de radicales libres, que se acumulan en la célula y la oxidan, pudiendo aumentar el riesgo de cáncer y otras patologías.
Para deshacerse de estos tóxicos, las células efectúan un proceso de detoxificación que consta de dos fases. La fase I es en la que se dan las reacciones de activación oxidativa, entre otras; y la fase II, en la que se dan las reacciones conjugativas y la posterior excreción de las toxinas.
El sulforafano inhibe las enzimas de fase I e induce las de fase II, lo que favorece la protección y la eliminación de tóxicos almacenados de las células y su excreción del organismo.
*Efecto neuroprotector
Muchos de los desórdenes neurológicos ocurren, también, por estrés oxidativo e inflamación.
El sulforafano es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y ejercer una acción antiinflamatoria y desintoxicante en las células cerebrales. Además, Nrf2 es un estimulante de factores de crecimiento neuronal y puede ralentizar, e incluso contrarrestar, la neurodegeneración.
Recordemos que el mayor activador de Nrf2 es el sulforafano, por lo que este compuesto es capaz de actuar positivamente sobre el sistema nervioso central.
*Acción antibiótica y anti viral
Se ha demostrado la eficacia del sulforafano sobre la bacteria Helicobacter pylori causante de gastritis, úlceras gástricas e, incluso, cáncer.
Asimismo, se ha evidenciado su potencial anti viral sobre el virus influenza H1N1, la supresión de réplica de la hepatitis C y la inhibición de macrófagos por VIH a través de la activación de Nrf2 y las proteínas de choque térmico originadas tras el consumo de sulforafano.
Por ello, se ha planteado la posibilidad de aplicar un tratamiento temprano con activador de Nrf2 a pacientes hospitalizados con COVID19 y reducir el SDRA.
*Modulador epigenético en la lucha contra el cáncer
En el caso de la prevención y el tratamiento del cáncer, el sulforafano actúa de la misma manera que en el proceso de detoxificación celular. Inhibe las enzimas de fase I, que convierten sustancias precancerosas en cancerígenos activos, y activa las enzimas de fase II, de eliminación y excreción
de dichas sustancias.
Así pues, el sulforafano es capaz de interrumpir el inicio de la carciogénesis y, una vez iniciado, puede frenar su progresión. Esto es debido a que promueve la apoptosis (muerte de células malignas) e inhibe la metástasis y la angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que
nutren el tumor).
Los medicamentos quimioterapéuticos no tienen toxicidad selectiva, sino que pueden dañar tanto las células cancerosas como las sanas. Dado el efecto citoprotector del sulforafano, podría asociarse con estos fármacos para proteger las células y tejidos sanos.
Asimismo, se podría aprovechar su acción quimiosensibilizadora en células tumorales para potenciar el efecto de los medicamentos sobre ellas.
BENEFICIOS DEL SULFORAFANO
Diversos ensayos en modelos animales y humanos han demostrado la eficacia del tratamiento con sulforafano sobre:
– Cáncer de pulmón, mama, endometrio, estómago, colon, vejiga y próstata.
– Limpieza, protección y enfermedades del sistema respiratorio (asma, SDRA, alergias…).
– Cardiopatologías y sobrepeso.
– Diabetes tipo 2.
– Desórdenes neurodegenerativos como depresión, esquizofrenia, autismo, distrofia muscular de Duchenne.
– Senescencia inmunitaria y efecto antiedad.
DOSIFICACIÓN
La dosis de sulforafano a consumir con fines terapéuticos depende de los objetivos a lograr, por lo que se recomienda consultar a un profesional de la salud.
CONTRAINDICACIONES
Por el contenido de bociógenos (sustancias que pueden inhibir la absorción de yodo por la glándula tiroides) de las verduras crucíferas, los pacientes con hipotiroidismo deben consumir con cautela estos alimentos.
En cualquier caso, se recomienda asesorarse con su médico.
¿A QUÉ ESPERAMOS PARA INCORPORAR EL SULFORAFANO A NUESTRO DÍA A DÍA?